sábado, 19 de noviembre de 2011

Leer antes de leer


“Cada vez que mi madre se quedaba embarazada, esperaba hasta los últimos tres meses de embarazo y entonces le anunciaba que debían comenzar “los paseos esplendorosos” 
Estos paseos esplendorosos consistían en llevarla a sitios de gran belleza de paisaje y pasear con ella por espacio de más o menos una hora cada día a fin de que absorbiese el esplendor del entorno. Su teoría era que si los ojos de una mujer encinta observaban constantemente la hermosura de la naturaleza, esta hermosura se transmitiría de alguna manera a la mente del hijo por nacer, y éste sería luego un amante de las cosas bellas”.
Fragmento de Boy (Relatos de infancia), Roald Dahl.



Lo que el padre de Roald Dahl intuía, lo demuestra la ciencia: antes de nacer, el niño recibe estímulos del exterior positivos o negativos que influirán en su desarrollo posterior.
De la misma manera, el niño antes de saber leer ha tenido una serie de experiencias que determinarán en gran medida su actitud hacia los libros y hacia el mundo en general. El afecto que le transmite la madre con las caricias, atenciones, cuidados, juegos y canciones es percibido por el niño a través de los cinco sentidos. Por medio del oído capta el ritmo del corazón y de las canciones con que es adormecido, recibe el ritmo de la vida y de la poesía, que es una metáfora de ella.
A medida que va creciendo, el niño va alejándose e independizándose de su madre pero es necesario que siga recibiendo cariño y sea capaz de comunicar lo que siente por los demás. La palabra va a ser un medio de conocimiento,comunicación, de transmisión de afectos y de desarrollo de su imaginación y fantasía. Por este motivo, los niños y mayores de todas las épocas han tenido la necesidad de oír narrar historias, leyendas y mitos.

En un momento en el que la imagen invade la intimidad familiar y sustituye a la palabra, la actitud que adopten los adultos, padres, profesores y demás personas que se relacionan con el mundo del niño determinará, en gran medida, que éste sea en el futuro un buen lector, o que por el contrario, sea incapaz de distrutar con un buen libro.
El proceso de aprendizaje de la lectura es complejo y en muchos casos hay una presión social para acelerarlo; en otros casos los propios padres lo viven con ansiedad. Estas actitudes no facilitan en absoluto el desarrollo normal de dicho proceso, por el contrario, lo entorpecen. Es preferible centrarnos en los aspectos afectivos y gratificantes. Muchas actividades que favorecen el aprendizaje de la lectura y
posteriormente afianzan el disfrute de la misma pueden ser llevadas a cabo indistintamente en el aula y en la casa, siendo recomendable que las experiencias positivas del colegio se refuercen en el ámbito familiar.

La importancia de los cuentos
Casi todos nuestros novelistas actuales recuerdan la agradable experiencia de oír a sus abuelas, padres o vecinos narrar cuentos y consideran que su afición a la literatura y su vocación de escritores comenzó al escuchar las palabras de estas personas que, en muchos casos, eran analfabetas.
La tradición oral ha desaparecido prácticamente en nuestra cultura. No sabemos romances o leyendas pero su función será realizada por nosotros, que debemos volver a aprender a contar cuentos. Tenemos que ser conscientes de la trascendencia que tiene el contar al niño historias. Pueden ser inventadas por nosotros o bien extraídas de nuestro bagaje cultural, de la Biblia, de la Historia o de nuestra experiencia personal, recuerdos de infancia, anécdotas del propio niño cuando era más pequeño. Más importante que lo que se
cuenta es la manera cómo se dice y el hecho mismo de hacerlo.
Otra manera de utilizar la imagen es leer cuentos enseñando a los alumnos las ilustraciones, que, en algunas
ocasiones, sustituyen totalmente al texto. Utilizar diapositivas de las ilustraciones de un libro puede servir para contarlo de manera diferente y para hacer una serie de juegos que afiancen el contenido o nos ayuden a a saber si han comprendido la historia.
Una idea interesante y de incalculable utilidad práctica en el aula es la “lectura equivocada”, en la que el profesor va cambiando los elementos de un cuento conocido por los niños para que éstos lo identifiquen. En estas actividades no solamente se pretende despertar el interés por la lectura sino conseguir otra serie de objetivos, como el desarrollo de la atención, la imaginación...
La narración del cuento debe hacerse en un momento determinado en el que se pueda crear un clima especial entre narrador y oyentes y se debe buscar el disfrute estético de los niños.



Elaborado por
Equipo Peonza y Editorial Alfaguara


2 comentarios:

  1. Qué entrada más bonita, ahora que estoy más relajada haré caso del consejo y me recrearé en las cosas bellas que hay a nuestro alrededor y normalmente no vemos por la vida que llevamos

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  2. Seguro que sí, tu niña tiene que salir preciosa y muy lista. Besos.

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