jueves, 6 de septiembre de 2012

Período de adaptación para niños de tres años


La entrada al colegio a los tres años supone un importante cambio: es la salida del mundo familiar, donde el niño/a ocupa un rol definido y se mueve en un espacio seguro, conocido y protegido.

La dificultad que subyace a este gran cambio, y que constituye el conflicto básico del Período de Adaptación, es la separación niño-familia y por tanto la manera como se resuelva va a tener una gran transcendencia en el proceso de socialización, en la actitud hacia la escolaridad y en general, hacia el aprendizaje. Es por ello, por lo que consideramos de vital importancia, la atención cuidadosa de este período.

El niño/a que se incorpora por primera vez a nuestro centro necesita apropiarse de ese espacio físico extraño, en el que ha perdido protagonismo, donde se ve forzado a ampliar sus relaciones sociales.

Ante esta situación, no todos los niños reaccionan del mismo modo ni durante el mismo tiempo, pudiéndose manifestar en el aula o en casa diferentes formas de mostrar inadaptación.

En el aula el niño/a puede:
  • Llorar.
  • Mostrar inhibición.
  • No comunicarse verbalmente con el educador/a o con sus compañeros/as.
  • Manifestar, por el contrario, una excesiva verbalización.
  • Sentarse al lado de la puerta de salida.
  • Intentar escaparse.
  • Perseguir al educador/a.
  • Aferrarse a un objeto traído de casa.
  • Preguntar constantemente por su mamá.
  • Mostrarse agresivo.
Por otra parte, hay que tener claro que nadie puede vivir por él esta experiencia, que le aportará una mayor seguridad y autonomía que influirán de forma positiva en su desarrollo, si se vive adecuadamente. Lo que sí puede el adulto es favorecer un entorno, lo que le permitirá superar esta fase sin que exista un sufrimiento excesivo que paralice su desarrollo emocional e influya negativamente en su carácter.

Para todo ello es primordial disponer del mayor número de datos posibles sobre el niño: nombre, ambiente familiar, carácter, gustos, juguetes que prefiere, hábitos, etc, que posibilitarán que se sienta él mismo dentro del grupo.

Al mismo tiempo, el horario en un principio será flexible, dedicándose un tiempo considerable al juego libre, que el niño/a asociará al juego que realiza en casa, evitando una disociación profunda.

Este tiempo lo iremos alterando con actividades colectivas que facilitarán su socialización e irán definiendo el carácter del grupo.

Poco a poco los tiempos irán haciéndose más marcados, aunque no rígidos, posibilitando que el niño/a  sepa en todo momento qué actividad se va a desarrollar para facilitarle la percepción del paso del tiempo y proporcionarle una mayor seguridad.

Todo el colegio debe adaptarse al alumnado que recibe, adecuando los espacios a sus necesidades y posibilitando una entrada escalonada con horario reducido.
Por último, los padres y madres pueden favorecer en gran medida la adaptación de sus hijos/as con una actitud positiva ante la escolarización. Para ello sería conveniente que le animasen, haciéndole ver que en la escuela va a tener posibilidad de divertirse y hacer amigos, tener un contacto con el que va a ser su profesor o profesora, mostrarse alegres en todo momento y hablar con su hijo/a cuando comience el curso interesándose por las actividades que realiza y la relación con sus compañeros/as.






Sugerencias 
  • Considerar las conductas de este periodo como normales, sin presiones ni preocupaciones, es una etapa que pasa todo niño, lo mejor será ayudarlo, darle la seguridad que necesita y apoyar a la profesora por el bienestar del niño.
  • Cada niño es diferente, algunos tardan más en adaptarse, compréndalo.
  • Tenga cuidado con transmitir al niño sus temores, su ansiedad, es prudente conversarlo con personas adultas, pero sin perjudicar al niño.
  • Cuando se deja al niño en el colegio, hay que despedirlo con alegría, con seguridad y afecto. No hay que acostumbrarlo a que llore para que usted regrese. Hable con él/ella previamente para que se sienta más seguro.
  • Cuando llore dígale con tono firme y sereno que usted regresará. Su actitud se transmitirá al niño. Cuando lo recoja, sea puntual, no cause en él sentimientos de abandono.
  • Hable diariamente con él/ella acerca de lo que hizo en la escuela, felicítelo por sus logros y por los juegos y actividades que realiza.
  • En el aula, se debe respetar el curso de adaptación que sigue el niño. Estar en constante comunicación con la profesora para compartir pautas y orientaciones.
Con estas palabras os doy a todos la bienvenida a este nuevo curso escolar. Un saludo.






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