Hola amigos, durante estas semanas vamos a trabajar el cuento de Caperucita Roja de diferentes formas. La semana pasada, el día que vamos a pizarras digitales, vimos la película en pantalla grande, os dejo una fotos de las caritas de los niños y niñas. Espero que os gusten.
Caperucita Roja.
Érase una vez una niña muy bonita. Su
madre le había hecho una capa roja y la
niña la llevaba tan a menudo que todo
el mundo la llamaba Caperucita Roja.
Un día , su madre le pidió que llevase unos
pasteles a su abuelita que vivía al otro lado del
bosque , recomendándole que no se
entretuviese en el camino , porque cruzar el
bosque era muy peligroso , ya que siempre
estaba acechando por allí el lobo.
pasteles y se puso en camino. La niña tenía
que atravesar el bosque para llegar a casa de
la Abuelita , pero no tenia miedo porque allí
siempre se encontraba con muchos amigos:
los pájaros, las ardillas...
De repente vio al lobo , que era enorme ,
delante de ella.
- ¿A dónde vas , niña? - le preguntó el lobo
con su voz ronca.
- A casa de mi Abuelita - dijo Caperucita.
- No está lejos - pensó el lobo para si,
dándose media vuelta.
Caperucita puso su cesta en la hierba y se
entretuvo cogiendo flores: - El lobo se ha ido
-pensó- , no tengo nada que temer. La abuelita
se pondrá muy contenta cuando la lleve un
hermoso ramo de flores además de los
pasteles.
Mientras , el lobo se fue a casa de la
Abuelita , llamó suavemente a la puerta y la
abuelita le abrió pensando que era su nieta
Caperucita. Un cazador que pasaba por allí
había observado la llegada del lobo.
Se metió en la cama y
cerró los ojos. No tuvo que
esperar mucho , ya que Caperucita Roja llegó
enseguida , toda muy contenta.
La niña se acercó a la cama y vio que su abuela
estaba muy cambiada.
-Abuelita , abuelita , ¡qué ojos más grandes tienes!
- Son para verte mejor- dijo el lobo tratando de
imitar la voz de la abuela.
Abuelita , abuelita , ¡qué orejas más grandes
tienes!
- Son para oírte mejor- siguió diciendo el lobo.
el lobo malvado se abalanzo sobre Caperucita la
devoró al igual que había hecho con la abuelita.
Mientras tanto, el cazador se había quedado
preocupado y creyendo adivinar las malas
intenciones del lobo, decidió echar un vistazo a ver
si todo iba bien en la casa de la Abuelita.
Pidió
ayuda a un segador y los dos juntos llegaron al
lugar.
Vieron la puerta de la casa abierta y al lobo
tumbado en la cama, dormido de tan harto que
estaba.
El cazador sacó su cuchillo y rajó el vientre del
lobo. La Abuelita y Caperucita estaban allí, ¡vivas!
Para castigar al malvado lobo, el cazador le lleno el
vientre de piedras y luego lo volvió a cerrar.
Cuando el lobo despertó de su pesado sueño,
sintió muchísima sed y se dirigió a un estanque
próximo para beber. Como las piedras pesaban
mucho, cayó en el estanque de cabeza y se
ahogó.
En cuanto a Caperucita y su abuela, no sufrieron
mas que un gran susto, pero Caperucita Roja
había aprendido la lección.
Prometió a su Abuelita
no hablar con ningún desconocido que se
encontrara en su camino. De ahora en adelante,
seguiría los consejos de su Abuelita y de su Mamá.
Y colorín colorado...este cuento se ha acabado.